¿Otro caso PureTech? Un motor estrella de Renault ya da problemas…
En los últimos años, el motor PureTech del grupo Stellantis (que equipa a marcas como Peugeot, Citroën, Opel y DS) ha sido protagonista de numerosos problemas mecánicos y controversias entre usuarios y expertos. Sin embargo, ahora Renault parece enfrentarse a una situación similar con uno de sus motores estrella, el E-Tech Hybrid 200, que ya está mostrando fallos preocupantes. ¿Estamos ante otro caso PureTech? Analizamos en detalle qué está pasando, qué problemas concretos se han detectado y qué implicaciones tiene para los conductores y la industria automotriz.
El precedente PureTech: un motor con fama y problemas
Antes de entrar en el caso Renault, conviene recordar el historial del motor PureTech. Este propulsor tricilíndrico de gasolina, con versiones de 1.0 y 1.2 litros, fue diseñado para ofrecer eficiencia y bajas emisiones, siendo instalado en millones de vehículos desde 2014. Sin embargo, la realidad fue distinta para muchos propietarios.
Los principales problemas detectados en los motores PureTech han sido:
- Correa de distribución húmeda (correa bañada en aceite) que se degrada rápidamente, provocando roturas catastróficas del motor.
- Consumo excesivo de aceite, derivado de un desgaste prematuro de los anillos de pistón y problemas en el sellado de cilindros.
- Fallos en componentes clave como el turbo y los inyectores, debido a acumulación de residuos o mala gestión del aceite.
- Problemas con el cinturón de tiempo y sobrecalentamiento.
Estos fallos han afectado a modelos populares como el Peugeot 208, Opel Mokka o Citroën C3, generando miles de quejas y demandas contra Stellantis. La marca se ha visto obligada a ampliar la garantía hasta 10 años o 175.000 km y a asumir reparaciones con carácter retroactivo, aunque la reputación del motor quedó muy dañada.
El motor híbrido E-Tech 200 de Renault: ¿el nuevo foco de problemas?
Renault, que había logrado cierta estabilidad con sus motores híbridos E-Tech, ahora enfrenta un problema serio con su versión híbrida de 200 CV. Según informes recientes, este motor presenta un fenómeno conocido como dilución del aceite, que consiste en que el combustible se mezcla con el lubricante en el cárter, afectando la lubricación y el rendimiento del motor.
Esta dilución puede provocar un desgaste acelerado de piezas internas y, en casos graves, averías importantes. Renault es consciente del problema y ha estado realizando modificaciones para mitigarlo, incluyendo:
- Cambio de bujías para mejorar la combustión.
- Sustitución de una tubería de succión de vapor de gasolina fabricada con material inapropiado que podía deformarse y aumentar la presión en el cigüeñal.
- Rediseño del sistema de refrigeración en modelos más recientes como el Renault Austral, que ahora cuenta con menos depósitos de expansión para que el motor se caliente más rápido y no se apague en frío.
A pesar de estas mejoras, no está claro si el problema de la dilución del aceite se ha solucionado completamente o si responde a un defecto más profundo en componentes generales del motor, lo que podría obligar a un rediseño completo. Renault debe evitar a toda costa que esta situación se convierta en un problema crónico como el PureTech1.
Similitudes y diferencias entre PureTech y el motor híbrido Renault
Ambos motores son ejemplos de tecnologías modernas enfocadas en eficiencia y reducción de emisiones, pero con desafíos técnicos complejos:
| Aspecto | Motor PureTech (Stellantis) | Motor E-Tech Hybrid 200 (Renault) |
|---|---|---|
| Tipo | Gasolina tricilíndrico 1.0 y 1.2 litros | Híbrido gasolina-eléctrico 200 CV |
| Problemas principales | Correa húmeda degradada, consumo de aceite, fallos en turbo e inyectores | Dilución del aceite, problemas en tubería de vapor, presión en cigüeñal |
| Afecta a modelos | Peugeot, Citroën, Opel, DS Automobiles | Renault Austral, Espace, Rafale |
| Medidas tomadas | Ampliación de garantía, reparaciones retroactivas | Rediseño de refrigeración, cambio de piezas, seguimiento técnico |
| Estado actual | Problemas mitigados pero reputación dañada | Problema en estudio, posibles soluciones en marcha |
La principal diferencia es que el PureTech es un motor exclusivamente gasolina, mientras que el E-Tech es híbrido, lo que añade complejidad en la gestión térmica y mecánica. Sin embargo, ambos sufren problemas derivados de la interacción entre combustible, lubricante y componentes mecánicos sensibles.
Consecuencias para los usuarios y el mercado
Para los propietarios de vehículos con estos motores, las consecuencias son claras:
- Costes de reparación elevados en caso de avería grave.
- Pérdida de confianza en la marca y el modelo, que puede afectar la reventa del vehículo.
- Necesidad de mantenimiento riguroso y seguimiento técnico para detectar síntomas tempranos.
- En algunos casos, demandas y reclamaciones legales para exigir compensaciones.
Por parte de los fabricantes, estos problemas suponen un golpe a la imagen de innovación y fiabilidad, además de un impacto económico por garantías y reparaciones. Renault y Stellantis están obligados a invertir en soluciones técnicas y comunicación transparente para recuperar la confianza.
¿Qué pueden hacer los conductores?
Si tienes un coche con motor PureTech o con el híbrido E-Tech 200 de Renault, estas recomendaciones son clave:
- Revisa periódicamente el nivel y estado del aceite, y usa lubricantes recomendados por el fabricante.
- Atiende cualquier señal de fallo: ruidos metálicos, pérdida de potencia, consumo excesivo de aceite o funcionamiento irregular.
- Realiza el mantenimiento en talleres oficiales o especializados para garantizar diagnósticos precisos.
- Consulta si tu vehículo está cubierto por ampliaciones de garantía o campañas de reparación retroactivas.
- Infórmate sobre posibles actualizaciones o recalls para tu modelo.
La prevención y el cuidado son fundamentales para evitar averías graves y prolongar la vida útil del motor.
Reflexión final: ¿Un problema de diseño o de ejecución?
El caso PureTech y ahora el del motor híbrido de Renault evidencian los retos que enfrentan los fabricantes al desarrollar motores modernos, eficientes y limpios. La complejidad técnica y la presión por reducir emisiones pueden llevar a errores de diseño o materiales que solo se detectan con el uso masivo.
Renault y Stellantis deben aprender de estas experiencias para mejorar sus procesos y ofrecer motores fiables que no solo cumplan con normativas, sino que también satisfagan a sus clientes. La transparencia, la rápida respuesta y la inversión en I+D serán claves para evitar que estos problemas se repitan.



